Convocamos la salida a las 7,30h para ganar un poco de tiempo, dado que
contamos con menos horas de luz y las predicciones del tiempo nos
anunciaban nevadas y frío, ganando tiempo pretendíamos hacer una ruta
tranquila y sin prisas... para visitar el Castillo antes de su cierre a
las 18horas.
El tiempo nos volvió a sorprender porque íbamos preparados para tener un
día frío y resultó ser mucho mas templado. En la subida al Yelmo desde
Manzanares, aunque con pequeños momentos de sol, la niebla nos
acompañaba y no pudimos disfrutar de las vistas que entre las nubes se
difuminaban del valle y el pantano.
Desde la misma salida, la nieve caída el día anterior fué una constante,
haciendo que el recorrido cogiera una dificultad añadida, provocando los
conocidos resbalones durante el recorrido.
Pero ello fué el mayor atractivo de la ruta que nos ofreció panoramas
idílicos, entornos invernales navideños con los árboles espolvoreados de
nieve o las rocas adornadas con un manto blanco limpio. Algunos
aprovecharon la ocasión para liberar tensiones y protagonizar numerosas
batallas campales durante el recorrido.
La subida al Yelmo, aunque algunos como Ubaldo alcanzaron el Punto
Geodésico, se anuló por la dificultad que ofrecía la chimenea, al estar
el paso por la grieta muy resbaladiza.
Tras el almuerzo en la base del Yelmo, agradeciendo algunos rayos
de sol, partimos para el Tranco, ya que el conductor del autocar nos
comunicó que no podía acceder a Canto Cochino y que se cogía el plan B
propuesto por Blas, de encuentro en El Tranco.
En el retorno no tuvimos niebla y si pudimos ver las vistas del valle y
el pantano con todo el entorno cubierto de nieve, durante la
visita al Castillo, pudimos también disfrutar desde sus almenas
las estupendas panorámicas de La Pedriza.